La madera de boj, procedente del Buxus sempervirens, es una de las más valoradas dentro del mundo de la tornería por su extraordinaria dureza, densidad y textura fina. Es una madera para tornear muy compacta y pesada, con una densidad que puede superar los 950 kg/m³. Su grano es uniforme, casi imperceptible, lo que permite trabajar esta madera con un nivel de detalle muy alto y con acabados suaves y elegantes.
La madera de boj presenta un color amarillo pálido que se oscurece con el tiempo. Aunque puede ser difícil de trabajar por su dureza, esta característica la hace idónea para piezas pequeñas, decorativas o de uso continuado. El proceso de secado debe hacerse lentamente para evitar grietas, aunque es una madera bastante estable una vez seca.
Dónde crece el boj y cómo es el arbusto
El boj es un arbusto perenne o pequeño árbol de crecimiento lento, que puede llegar a los 5 metros de altura. Tiene hojas pequeñas, coriáceas y de color verde oscuro. Prefiere suelos calcáreos y bien drenados, y es muy resistente a la sequía y al frío. En la península ibérica, la madera de boj se encuentra principalmente en el noreste, especialmente en Cataluña, donde crece de manera natural en los Pirineos, Prepirineo, y comarcas como la Garrotxa, el Ripollès, Osona o el Berguedà. En estas zonas, ha sido aprovechada tradicionalmente para la tornería y la artesanía local.
Amenazas: la polilla del boj
En los últimos años, el boj ha sufrido una grave amenaza: la polilla del boj (Cydalima perspectalis), una especie invasora que se come las hojas y la corteza, debilitando gravemente el arbusto hasta provocarle la muerte. Esta plaga ha tenido un impacto significativo en la disponibilidad de madera de boj de calidad, especialmente en Cataluña.
Una historia vinculada a la tornería
La madera de boj ha sido utilizada durante siglos por su resistencia y estabilidad. En la Edad Media y el Renacimiento, se empleaba para hacer herramientas de precisión, como reglas y matrices de grabado. También era muy valorada para hacer piezas pequeñas, como piezas de ajedrez, agujas, mangos, utensilios de cocina, bolillos y objetos religiosos. Durante los años 70 y 80, en las zonas de montaña de Cataluña, la tornería con boj formaba parte del día a día de las tornerías locales, que sabían aprovechar todas sus cualidades.
Usos actuales: tornear madera de boj
Hoy en día, tornear madera de boj sigue siendo sinónimo de precisión y belleza. Es una de las mejores maderas para tornear piezas pequeñas y delicadas: botones, boquillas de instrumentos, rosarios, piezas de joyería, figuras miniatura, instrumentos de viento y detalles decorativos. Su acabado fino y resistencia al desgaste hacen que sea muy apreciada por torneras y artesanos experimentados. A pesar de su disponibilidad limitada, la madera de boj sigue siendo un referente para los amantes del trabajo manual y la artesanía de calidad.
La madera de boj es una materia noble y versátil, que ha mantenido su prestigio a lo largo de los siglos. Trabajarla es mantener vivo un oficio ancestral dentro de la tornería, y valorar cada pieza es reconocer la riqueza de un material único. Preservar su entorno natural y combatir plagas como la polilla del boj es esencial para garantizar el futuro de esta joya de las maderas para tornear.